La justicia y los medios de comunicación

Durante los dos últimos meses hemos desarrollado en la sede de la Audiencia Provincial de Alicante un curso de formación continuada organizado desde el Tribunal Superior de Justicia de Valencia entre jueces y medios de comunicación en el que se han impartido una serie de ponencias sobre las relaciones que existen entre la Administración de Justicia y los medios de comunicación con participación de periodistas, jueces, estudiantes de periodismo y gabinetes de comunicación.

Objeto de este curso ha sido algo tan recurrente y de actualidad como el derecho de información que tienen los medios a transmitir a la sociedad lo que cada día es objeto de tratamiento en los órganos judiciales y que pueda tener cierto interés a la ciudadanía, así como los límites que puedan existir desde la Justicia a ese derecho de la información. Es decir, cómo podemos mejorar desde la justicia para que el ciudadano conozca correctamente cómo funcionan los órganos judiciales y aquellas cuestiones que se han judicializado y que, de alguna manera, interesan al público en general. Mirado desde una perspectiva, se puede decir "aérea", desde algunos sectores judiciales existe en algunos casos "miedo" a que se publicite el trabajo diario que se realiza cada día en los órganos judiciales, pero desde puntos de vista más modernos y ajustados a la realidad en la que vivimos, los conceptos Administración de Justicia y medios de comunicación no deben permanecer enfrentados, sino que tienen que buscar los puntos de unión que permitan trabajar juntos a dos instituciones básicas de la sociedad que tienen misiones que, en esencia, son distintas, pero que tienen que buscar la forma y modo en el que "deben convivir". Pero esta convivencia, como llamamos a la exigente unión entre ambos, tiene que tener un "algo más", en el sentido de que no se busque esta como algo artificial, sino bajo la tesis de la necesidad que existe de que el ciudadano se informe, y lo haga en debidas condiciones, de temas que le interesan por la amplia repercusión social que tiene hoy en día todo el trabajo judicial.

La Administración de Justicia debe entender que no es un ente cerrado a la publicidad de lo que en ella se hace, sino que los medios de comunicación tienen el derecho y la Justicia la obligación de permitir que los ciudadanos conozcan cómo se están resolviendo las cuestiones más importantes para la sociedad y, también, las menos importantes, pero que afectan e interesan al lector de un periódico, al oyente de una emisora de radio y al espectador de un canal de TV.

Ahora bien, respecto a estos dos últimos conceptos, puede que para la Administración de Justicia no sean importantes cuestiones que sí que lo son para los medios de comunicación, pero ello no es óbice para entender que desde las más pequeñas materias debe existir transparencia conectada al límite de que ello no vulnere el secreto de las actuaciones que así deben permanecer por sus especiales características. Es decir, que en este último aspecto encontramos el límite al derecho de los medios a la publicidad del trabajo diario de la Administración de Justicia, de tal manera que incluyendo estos límites al secreto de las actuaciones a aquellas decisiones que no pueden trascender por su carácter reservado, o por afectar a materias en las que la publicidad podría causar un daño mayor a las víctimas, debe primar la publicidad del trabajo diario de la Justicia, y respecto a aquellas cuestiones que podrían causar perjuicio a la causa en sí o a terceros deben permanecer al margen de la publicidad.

En consecuencia, no podemos olvidar, ni negar, que hoy en día la Administración de Justicia es una fuente de información a la que los ciudadanos tienen derecho a acceder en base a que los tribunales resuelven temas de gran interés social y que esta no puede sustraerse al conocimiento de la sociedad, quien por conducto de los medios de comunicación ejerce su papel de transmisor a la ciudadanía de lo que ocurre en los juzgados y tribunales españoles. Los servicios públicos tenemos que ser conscientes de que no solo son públicos por pertenecer a la Administración, sino que son "públicos" también porque al ciudadano nos debemos y a la sociedad debe rendirse cuentas de forma periódica de su actuación. La justicia no puede permanecer en una urna cerrada de cristal que cierre los ojos a lo que a su alrededor existe. La figura de la justicia con una venda en los ojos se refiere a una justicia ciega que no tiene compromisos, pero va llegando la hora de quitarle la venda que tapa los ojos de la justicia y que en muchas ocasiones no nos deja ver lo que la sociedad quiere de su Administración de Justicia. Por todo ello, estas jornadas entre jueces y medios han servido para que el ciudadano tenga una mejor información del trabajo diario de la justicia y sustituyamos esa venda que a veces tapa nuestros ojos por unas gafas o unas lentillas con las que mirar mejor en qué fallamos�, y en qué medida podemos mejorar. www.lasprovincias.es

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