Los periodistas y la coyuntura


Por Guido Romay Romay

El rol de los medios de comunicación y específicamente de los periodistas es y será siempre fundamental en todo tiempo y lugar, porque se trata de una misión muy delicada que implica un alto sentido de responsabilidad, de objetividad, de racionalidad y fundamentalmente de ética profesional.

En las circunstancias actuales de incertidumbre y de permanente zozobra en el país por el acontecer político y social, la tarea de los periodistas es más importante que nunca porque la opinión pública vive pendiente de la información, de las entrevistas y de las opiniones de los periodistas que trabajan en los diferentes medios de comunicación.

Ojo, que no solamente se trata de la coyuntura político-social, sino fundamentalmente por la proximidad del referéndum revocatorio del 10 de agosto porque en las próximas tres a cuatro semanas los bolivianos viviremos una etapa intensa de campañas proselitistas, ya que tanto el gobierno como los prefectos recurrirán a todo lo que esté a su alcance en procura de lograr el apoyo del electorado.

Por supuesto que los periodistas en Bolivia, unos más otros menos; es decir de acuerdo al tiempo que cada quien lleva en esta apasionante profesión, ya hemos vivido varias experiencias electorales; sin embargo, la que está muy próxima del referéndum revocatorio, esta vez tiene ciertas connotaciones y por lo tanto el rol de los periodistas y de los comunicadores en general es muy delicado porque más allá de revocar o no a una autoridad ya sea gubernamental o prefectural, están en juego grandes intereses tanto para los unos como para los otros.

Es importante apuntar que los televidentes, los radioescuchas o los lectores de periódicos tienen la capacidad suficiente para discernir, para analizar y para sacar sus propias conclusiones respecto al rol que cumplimos los periodistas o los comunicadores, especialmente en la coyuntura actual.

En algunos programas de entrevistas de la televisión en la ciudad de Cochabamba, como es el caso por ejemplo del programa "Aló Marianela", está clara y nítidamente dirigida su línea editorial, además de que se utilizan adjetivaciones muy duras en contra tan sólo de determinadas autoridades, descalificándolas permanentemente y en cambio nunca se dice nada de los del otro lado porque supuestamente son unos "angelitos".

Asimismo, existen otros casos similares con la misma línea "dura" y desde luego que también existe manipulación de la información en el otro lado que en este caso corresponde al canal estatal y las emisoras de la Red "Patria Nueva". Se trata de dos extremos que no le hacen ningún bien a la democracia, a la libertad de expresión y lo que es peor: deslegitiman la noble profesión del verdadero periodismo.

Por consiguiente, exceptuando estos dos extremos, corresponde insistir en que la coyuntura difícil que le toca vivir a nuestro país, demanda a los periodistas y comunicadores mucha responsabilidad, objetividad, ecuanimidad, racionalidad y ética en el tratamiento de la información, así como en las entrevistas periodísticas.

En mi función de periodista y también de docente, no me canso de recordar al famoso periodista polaco Ryszard Kapuscinski, quien sostiene que "para ejercer el periodismo ante todo hay que ser un buen hombre o una buena mujer; buenos seres humanos, porque las malas personas no pueden ser buenos periodistas, porque si uno es buena persona se pude intentar comprender a los demás: sus intenciones, sus intereses, sus dificultades y también sus errores".

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