Periodismo abusivo
Por: Ciro Murayama
Qué duda cabe de que los políticos deben ser sometidos al más estricto y severo escrutinio público. La evaluación de sus actos y dichos ha de pasar por los medios de comunicación. La existencia de una prensa libre es un prerrequisito inescapable para una genuina vida democrática. Sin embargo, al amparo de la libertad de expresión y de prensa también se cometen excesos desde los medios, frente a los que en ocasiones incluso los políticos, por poderosos que puedan parecer, quedan prácticamente indefensos. Andanadas contra su vida privada, acusaciones sin prueba, francas mentiras, campañas orquestadas, es lo que llegan a recibir los gobernantes o representantes populares si osan interferir con el interés económico o político —o con ambos a la vez— de determinados medios de comunicación.
México no es, por supuesto, la excepción, pero sí puede verse en otros espejos para entender y tratar de corregir prácticas que acaban por denigrar la calidad de la discusión y de la coexistencia pública.
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