La corrupción en Necochea
Las investigaciones
judiciales que se realizan a nivel nacional sobre las fotocopias de los
cuadernos de Centeno y el enriquecimiento ilegal de políticos y empresarios,
más los aportes truchos en las campañas de Cambiemos del 2015 y 2017, llegan a
Necochea.
Sin embargo, nuestro distrito tiene casos propios, que deben
ser investigados hasta las últimas consecuencias, aunque el paso del tiempo
intente tapar lo evidente.
La desaparición de Adriana Celihueta es algo que como
sociedad debemos exigir que se esclarezca, tarde o temprano
El hundimiento de las casas del Plan Federal del Barrio 6 de
Quequén es otro de los casos de corrupción que se intenta tapar.
La concesión de un espacio de alto valor económico en el
Puerto Quequén a una empresa que ha invertido muchos millones de dólares y que
da trabajo genuino no puede impedir avanzar en la dirección correcta para
esclarecer los delitos allí cometidos.
La falsificación de las firmas en el acta de concesión del
Camping Miguel Lillo, es otro de los temas que el paso del tiempo intenta
ocultar y que los propios protagonistas damnificados evitan profundizar.
El robo de los cheques ocurrido en la Usina Popular
Cooperativa “Sebastián de María”, y que produjo que despidieron al contador y
se iniciara una causa judicial, también debe seguir el curso de la
investigación con premura.
La falta de cumplimiento por parte de los contratos de bases
y condiciones que se firman con el Municipio de Necochea por parte de algunas empresas,
como es el caso de RELISA que no ha cumplido con la obligación de cerrar el
basurero a cielo abierto es un caso testigo.
Las presiones, la desidia son algunos de los motivos que
llevan a que las causas duerman durante años hasta que logran que prescriban.
Profesionales de la abogacía que atienden en varios frentes,
como querellantes, como defensores y como representantes del estado provincial.
Esto no solo no ético, sino que no es legal, pero parece que
contar con un apellido de mucha trayectoria en el ámbito legal, permite
saltarse las leyes y acomodar las actividades a los intereses particulares.
Si queremos vivir en una sociedad en serio, con reglas
claras, se deben terminar estos atajos ilegales y espurios que muchos utilizan
con la connivencia de una sociedad que prefiere mirar para otro lado.
Si seguimos dejando casos judiciales sin resolver,
seguiremos dejando girones de ética y la corrupción seguirá alimentándose de
nosotros, como las carroñas lo hacen con los restos que quedan diseminados luego
de una cacería.
El problema que la cacería la hacen los corruptos, matando
nuestra esperanza todos los días.
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