Educación, no represión
La decisión de la gobernadora María Eugenia Vidal de recibir a los policías agredidos "supuestamente" por docentes, en la manifestación frente a la Casa de Gobierno provincial y no dialogar con los dirigentes sindicales que representan a los educadores, es muy preocupante.
La provincia necesita poner en primer lugar a la educación, con docentes que ganen salarios dignos, en edificios seguros.
La muerte de dos trabajadores de la educación, tuvo como telón de fondo el silencio absoluto de la gobernadora, que prefirió priorizar la cuestión política a lo humano.
Vidal denunció a los sindicalistas de hacer política, mientras tanto realiza habitualmente timbreos en nombre de la alianza Cambiemos. Eso también es hacer política.
Mientras unos son sindicalistas, ella es gobernadora de todos los ciudadanos bonaerenses, por lo cuál debería reflexionar un poco más.
La frase repetida sobre que la situación de la educación y la infraestructura escolar viene en deterioro hace décadas, no tiene sentido.
Primero, porque hace tres años que son gobierno y segundo porque que esto ya lo sabían cuando se postularon para gobernar la provincia.
Por lo tanto, no es excusa la situación heredada para justificar dos muertes evitables. Se necesita una política seria, que no tome a los docentes como enemigos.
Los trabajadores de la educación son ciudadanos bonaerenses y es obligación de los funcionarios provinciales dar solución a los graves problemas que existen.
Hemos escuchado desde la asunción de Cambiemos en la provincia, en lo que respecta a los docentes, solo palabras agresivas y que desacreditan su trabajo.
No solamente intentando inmiscuirse en la vida interna de los sindicatos, sino desvalorizando la labor de los educadores.
Se necesitan menos balas y más libros, sino, estamos condenados al fracaso total.
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