Para muestra sobra un botín
No,
no es un error de escritura el título. Va muy bien en lugar de botón. Porque el
acuerdo con la empresa SEMCOR, se parece más a un botín distribuido entre
algunos “pícaros”, que un beneficio para la Municipalidad de Necochea.
Desde el inicio se olía algo extraño en ese
convenio que apresuradamente intentaron firmar, y luego por mayoría logaron hacerlo,
concejales que supuestamente eran opositores entre si.
Tal fue el apuro y la “necesidad y
urgencia” por firmar ese convenio que realizaron una sesión especial solo para
tratar ese tema, cuando en reiteradas oportunidades se atrasaban o adelantaban las
sesiones para poder ver algunos importantes partidos de fútbol de Boca o River,
sin importar si los asuntos a tratar eran trascendentes para la ciudad.
Parecía ser que el convenio con SEMCOR iba
a solucionar los graves problemas que Necochea sufre desde hace años. Por
supuesto, era obvio que no era así, pero la premura y el arduo trabajo que se
tomaron los concejales Pablo Aued, Arturo Rojas y Ana Asa, junto al entonces
intendente interino, José Luis Vidal, llamó la atención.
Pasado más de un año de aquel lamentable
convenio, la empresa no cumplió con ningunas de las exigencias que planteaba el
convenio:
-No abrió oficinas en el distrito, no
capacitó a trabajadores municipales para realizar la “dificilísima” tarea de
supervisar las publicidades nacionales en los comercios locales.
-Solo produjeron un ingreso de poco más de
750 mil pesos. Lo mismo que se había cobrado sin su participación un ejercicio
antes.
Además, el convenio le daba un porcentaje
del 43% de lo que se cobrara, con lo cual a las arcas municipales ingresó menos
dinero que antes del famoso convenio.
Nada se cumplió de lo prometido por los
cuatro voceros de SEMCOR, concejales que tienen la obligación de defender los
intereses de la comunidad.
Sumado a esto el entonces concejal Facundo
López (F R) y quien esto escribe (conc. Supl. FPV) habíamos alertado sobre la
situación irregular en la que se encontraba la empresa al ser expulsada de las
ciudades de Mar del Plata y Mendoza.
Nada de esto sirvió para detener la
decisión de votar el convenio y ponerlo en práctica. La empresa, tal como se
suponía, no cumplió con su tarea; sin
embargo, quienes se postulan como adalides defensores del patrimonio municipal,
nada han exigido a los empresarios que, por otra parte, nunca se acercaron a
nuestra ciudad.
La única reunión, como puesta en escena,
que se realizó en el marco de una Comisión en el Concejo Deliberante tuvo la
presencia de un supuesto representante de SEMCOR que no pudo explicar dónde
estaba la oficina (claro, no existía), y tampoco pudo dar explicaciones sobre
otras pocas preguntas que los concejales presentes le efectuaron.
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