Las locuras mediáticas de Clarín después del fallo
Luego de conocerse la resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación , solo quedaba
esperar la reacción del Grupo Clarín a través de todo su bagaje informativo y
sus empleados, en algunos casos jerárquicos, como voceros de su enojo. Pero
algunos mostraron un bajó nivel intelectual y periodístico.
Es el caso
de Eduardo van de Kooy, un entusiasta defensor de lo privado a ultranza y el
libre mercado, que derrapó hacia el costado del “chusmerío” en su editorial del
miércoles 30 de octubre en la página 11 bajo el título “Una mano política
tendida al gobierno”.
Allí
defenestró absolutamente al mismo juez de la Corte que ensalzó cuando la Corte determinó la
inconstitucionalidad de la Reforma Judicial ,
es decir al Presidente Ricardo Lorenzetti.
En un
pobrísimo análisis van de Kooy, afirma que este fallo es para lograr un bálsamo
a la derrota sufrida por el kirchnerismo. Derrota por otra parte que se dio en
distritos importantes pero que significó ampliar la cantidad de diputados con
respecto al 2009.
Pero lo más
lamentable del análisis de este editorialista, es el nivel de “chusma” con el
que expresa su pensamiento para atacar al juez Ricardo Lorenzetti, y esto se
puede apreciar en los siguientes párrafos extraídos de la editorial.
“Tampoco Lorenzetti deslizó nunca en privado
–en público no podía hacerlo– su pensamiento sobre la ley de medios. Suele
conversar con dirigentes radicales. A algunos les dijo ciertas vaguedades y a
otros vaguedades diferentes. De ese mundo salió el relato de un episodio: la
tarde que habría llegado a su oficina un sobre con fotos sobre situaciones
íntimas de familiares. Ocurrió, aseguran, en el momento en que la AFIP revolvió su situación
impositiva y patrimonial. De esa misma informalidad quedó boyando una frase
suya dicha entre carcajadas: “No le podemos dar al Gobierno el tiro de gracia”.”
Sin dudas,
estas palabras escritas por un editorialista del Grupo Clarín marcan claramente
el “comportamiento” mafioso utilizado con quienes no acompañan sus deseos. Así
también se han manejado con los políticos que osaron contradecir sus
exigencias. Así se manejan todos los días con los trabajadores que no acatan
sus órdenes. Por eso mismo, les gustan tanto los gobiernos totalitarios,
dictatoriales y propensos a ser seducidos.
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