Cuando la precariedad ataca al periodismo muere la libertad de expresión.

Por Horacio Castelli

La dura precariedad en la que vivimos los periodistas de Necochea tanto en lo laboral como en lo económico atenta contra la libertad de expresión y de prensa.

¿Por qué afirmo esto? Por la sencilla razón que muchos profesionales del periodismo lugareño debemos procurarnos nuestro propio sustento produciendo los espacios donde desarrollamos nuestra tarea.

Pero allí no radica el problema porque muchos de nosotros no volveríamos a trabajar en relación de dependencia sino que el sistema se convierte en perverso cuando del otro lado del mostrador políticos y sindicalistas pretenden comprar tu opinión junto con la publicidad.

Intentan comprar tu voluntad por un puñado de pesos mensuales queriendo hacerte creer que te están haciendo un favor porque si no te compran a vos igual le compran publicidad a otro medio o programa, o página y listo.

Por supuesto que hay excepciones, que son las que confirman la realidad; pero en su mayoría pretenden suplantar su incapacidad política y de conocimientos con dinero.

Que muchos de nosotros nos procuremos el sustento con producciones independientes nos permite estar ajenos a los aprietes de los dueños de los medios o lo que es peor de sus alcahuetes. Rufianes de baja calaña que utilizan al periodismo para hacer negocios más vinculados con lo ilegal que con la digna profesión que varios hemos elegido.

La situación se tornará cada vez más difícil sino somos capaces de enfrentarnos a quienes intentan ahogarnos haciéndonos creer que no hay otra salida. Mentira. Deberemos transitar más las calles pero seguiremos caminando, en bicicleta o autos usados haciendo honor a esta profesión que abrazamos para informar todo lo que pasa en Necochea con errores, pero con dignidad.